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TCA (Trastorno de la conducta alimentaria): qué es y cómo buscar ayuda

TCA (Trastorno de la conducta alimentaria): qué es y cómo buscar ayuda

Vivimos en la sociedad de la velocidad. Trabajamos más, comemos más y mal, cada vez tenemos menos tiempo para cuidarnos. Las consecuencias de una mala alimentación son silenciosas, pero a largo plazo tienen graves consecuencias para la salud, tanto física como mental. 

Los tratamientos del comportamiento alimentario son cada vez más comunes en la población en general, debido a la obsesión por el físico en un intento de cumplir con un cierto estereotipo marcado por la sociedad que queremos alcanzar, cueste lo que cueste. 

Como resultado, empezamos a hacer dietas muy restrictivas, dejamos de tomar los nutrientes que nosotros necesitamos, provocando una inflamación en nuestro cuerpo. Debido a esa mala alimentación, nuestra microbiota empeora, lo cual también repercute a nivel psicológico como consecuencia de esa conexión intestino-cerebro. 

A continuación, explicaremos en este artículo cómo se producen los trastornos por conducta alimentaria (TCA), cómo se detectan, cuáles son las causas que los producen y cómo podríamos ayudar a las personas que los padecen.

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)?

Los TCA son trastornos causados por una obsesión por el peso y por no engordar hasta llegar a límites peligrosos de privar a nuestro cuerpo de los nutrientes que necesita, con graves consecuencias para la salud. 

En primer lugar, en nuestro cuerpo se produce una inflamación, lo que hace que no sea capaz de digerir bien los alimentos y que genere aún más inflamación. Si no comes bien, tu cuerpo lo relaciona con estar sometido a un ataque y el sistema inmunitario, como respuesta, genera esta inflamación, muchas veces crónica. 

En general, los síntomas se manifiestan en forma de pesadez, gases, dolor de cabeza o migrañas. Por esta razón, aunque comamos alimentos considerados saludables, el cuerpo no absorberá de forma adecuada los nutrientes. 

Debido a la conexión intestino-cerebro, este comportamiento también tiene repercusiones a nivel psicológico. El hecho de alimentarnos mal, de hacer dietas restrictivas genera normalmente, en personas con peso normal o incluso debajo de lo normal, problemas de autoestima, ansiedad, depresión, etc. 

¿Cómo detectar un trastorno en la conducta alimentaria?

Cuando una persona que padece TCA comienza a perder peso debido a las restricciones a las que se está sometiendo, normalmente empieza a recibir comentarios de tipo “qué guapa estás”, “qué bien te veo”, “qué bien te queda ese pantalón”, “qué delgadita te estás quedando”. 

Estos comentarios hacen que esta persona, que ya de por sí tiene una autoestima baja, que es muy perfeccionista, quiera perder todavía más peso para ser validada, para ser aprobada por la gente de su entorno. Sobre todo, nos referimos al ámbito más cercano, padres, amigos, abuelos, a las que la persona que sufre TCA les tiene mucho aprecio y da mucha importancia a la opinión que ellos tienen. 

Aparte del perfeccionismo, la autoestima baja y una autoexigencia muy elevada, se puede reconocer a una persona con trastorno de la conducta alimentaria por ser también bastante insegura o por tener algunos comportamientos obsesivos.

Al mismo tiempo, los adultos que padecen TCA tienen una imagen distorsionada de su cuerpo o se enfrentan a algunos complejos de inferioridad por haber sufrido acoso escolar o por haber tenido sobrepeso en la infancia. 

¿Cuáles son los TCA más comunes?

Las personas con trastorno en la conducta alimentaria tienen un comportamiento que se caracteriza por hacer dietas mucho más restrictivas, hasta incluso pueden llegar a dejar de comer, como en el caso de la anorexia, y por hacer ejercicio de alta intensidad para conseguir perder peso lo antes posible.

Los TCA más comunes consisten también en atracones por comida porque esas personas no pueden soportar la ansiedad que les está creando el hecho de restringir tanto la alimentación. 

Como resultado de tantas dietas restrictivas para pérdida de peso, en la mayoría de los casos se generan trastorno por atracón, bulimia o anorexia nerviosa. 

¿Cuáles son las causas de los trastornos de la conducta alimentaria?

Hasta la fecha no se ha establecido una causa concreta que produce los trastornos de la conducta alimentaria. 

Se considera que, al ser una afección de índole psicológica, las causas podrían estar relacionadas con factores genéticos, lo que quiere decir que hay personas que están predispuestas a desarrollar este trastorno como consecuencia de su herencia genética, o con factores biológicos, que tienen que ver con alteraciones en algunas de las sustancias químicas presentes en el cerebro.

¿Cómo ayudar a las personas con trastorno de la conducta alimentaria?

Una persona con trastorno de la conducta alimentaria necesita, en primer lugar, además de un correcto diagnóstico, atención médica y psicoterapia, aprender a comer bien, empleando unos hábitos saludables.

Para conseguir mantener un peso saludable y verse bien a nivel físico, no debemos restringir alimentos, sino intentar que no nos falte ningún nutriente y comer de todo y variado.

Muchas veces, el tratamiento de las personas con TCA consiste en dietas muy calóricas, para que esas personas recuperen el peso que han perdido. Pero esto ocasionaría un efecto contrario, ya que la persona se va a ver demasiado hinchada, con un aumento de peso considerable y va a volver a querer adelgazar. 

Además, estos alimentos ricos en azúcar, los alimentos muy procesados, con alto contenido en grasas hidrogenadas, y los productos que de por sí tenemos la idea que engordan no es bueno dárselos a este tipo de personas a modo compensatorio porque esto va a hacer que vuelvan a recuperar el peso de forma insana y se vuelvan a sentir mal con ellos mismos. 

Por ende, esto hace que la enfermedad sea recurrente, lo que es muy común en este tipo de enfermedades.

Lo importante en el tratamiento de una persona con TCA es enseñarle cómo alimentarse de forma sana, equilibrada y sin restringir alimentos, sin pasar hambre para mantenerse sana. También hay que intentar no dar tanta importancia al físico, sino a nuestro estado de salud. 

Aprender a valorar nuestro cuerpo y no fijarnos en estereotipos marcados por la sociedad es la vía para mejorar nuestra salud, tanto física como mental.

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